Las tres “Ps”

Olía a mar. Su brisa recorría mi cuerpo, casi se adentraba en él. Intentaba escuchar el silencio, pero las olas me lo impedían.

Sabía que había muchos problemas y urgencias a mi alrededor pero no existían en esa playa casi desierta, donde el sol me alimentaba, me calentaba, me reconfortaba, mientras pensaba en ese idílico lugar donde me querría refugiar, en las sonrisas de mis hijos, en esos buenos amigos que siempre están ahí, en ese arroz que iba a disfrutar después.

Y, de repente, afloró en mi cabeza una teoría, un dogma mejor dicho, tres iniciales, tres palabras.

Un hotel en pandemia

Esas tres palabras que había descubierto en una reunión destinada a la organización de un evento para el próximo mes de octubre. Un evento físico, por fin. Todos empezamos a pensar y a trabajar en ellos, ¿verdad?

Un hotel en pandemia

Durante la cita y delante de un café, charlaba con la directora de un hotel de gran prestigio de Madrid sobre la situación vivida durante el último año en su establecimiento, mientras cerrábamos las condiciones del alojamiento para los asistentes al evento.

El edificio se había quedado completamente vacío y sin contenido durante muchos meses y ella fue recepcionista, revisora y casi vigilante nocturna, mientras que la mayoría de los trabajadores vivían su particular ERTE.

“¿Cómo pudiste manejar la situación? ¿Qué pasaba por tu cabeza?”. Le pregunté.

Y me dijo: “Me apliqué la teoría de las tres Ps a rajatabla”.

“¿Cómo? ¿Las tres Ps?” – le seguí inquiriendo.

“Sí, ¿no las conoces” – afirmó con una sonrisa abierta y llana. “PENSAMIENTO POSITIVO PERMANENTE”.

“Todos los días, al levantarme y durante el resto de la jornada, cuando se producía un revés, me acordaba de las tres «Ps» y las aplicaba en acciones concretas, en reflexiones certeras”, me explicaba. “Y no tienes ni idea de lo que me ha ayudado”.

Luego seguí con mi devenir diario, aunque me acordaba por momentos de esa directora de hotel simpática y proactiva y de su teoría de las tres Ps.

En aquella playa volvieron a aparecer esas tres Ps en mi cabeza y he de decir que se han quedado para siempre.

Los resultados de las tres «Ps»

“Voy a probar a aplicármelo”, me dije. “Cuando te enfrentes a una situación crítica, que te violenta, que te bloquea, que te inquieta, en la que no ves una salida clara, busca las tres Ps y explora en algún rincón de tu conocimiento el pensamiento positivo adecuado para enfocarla”.

No sabéis, queridos lectores, de qué manera me está funcionando.

Estoy obteniendo resultados asombrosos, espectaculares. Y no solo en los problemas que puedo estar atajando en esta irreverente post pandemia, que no son pocos y cobardes (como diría aquel), sino sobre todo en mi relación con el entorno, con las personas que tengo que tratar, en lo que tengo que negociar, en lo que tengo que encarrilar, en la búsqueda de soluciones propias o ajenas.

Así que, ya sabéis…

PENSAMIENTO

POSITIVO

PERMANENTE

Cuando estos chicos estudiosos del marketing que me rodean me insistan en que las cuatro Ps de toda estrategia (Producto, Precio, Promoción y Punto de Venta) son las claves de la existencia, los pilares de la economía y casi de la tierra… tendré que decirles que no servirán de nada sin tener en cuenta esas otras tres estupendas Ps, que os animo a que cultivéis y apliquéis.

No os arrepentiréis, os lo aseguro.

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