Cuando llega la primavera todos pensamos en alergias y astenia (sensación de cansancio). De hecho, los anuncios de televisión nos lo recuerdan continuamente por si no nos habíamos percatado. Sin embargo, esta estación también afecta a nuestro cabello.

La primavera el cabello altera

Normalmente, se nos caen aproximadamente unos 100 cabellos al día, una cifra que puede parecer elevada pero que no es representativa si tenemos en cuenta que de media tenemos unos 100.000. Pero en primavera solemos padecer, lo que se conoce en dermatología como defluvio telógeno, que no es más que un incremento pasajero en el ritmo de caída habitual del cabello.

por que se cae el cabello en primavera

Este defluvio tiene una duración de entre 2-4 semanas. Pasado este tiempo, el ritmo de renovación capilar vuelve a la normalidad. Digo renovación porque a la vez que se nos caen unos cabellos van naciendo otros nuevos. Nuestro cuerpo es sabio y no realiza la renovación de todos los cabellos a la vez, sino que lo hace de una forma progresiva y continuada a lo largo del año, aunque tenga mayor incidencia en primavera y también en otoño. Parece ser que nuestros genes todavía recuerdan que fuimos animales de pelo y que en estas estaciones había que mudar el cabello.

¿Debemos entonces preocuparnos porque en primavera veamos más pelo en la almohada o en la ducha?

En principio no porque, si no hay alguna enfermedad latente, se vuelve a recuperar. Debemos empezar a pensar que algo está ocurriendo cuando vemos que el grosor de nuestra coleta disminuye o detectamos que algunas zonas están menos pobladas de lo normal. Entonces debemos acudir a un especialista en dermatología para que nos haga un estudio capilar completo.

¿Podemos hacer algo para minimizar la pérdida de cabello en esta temporada?

Sí (repito que hablo de minimizar porque evitarlo no está en nuestras manos). Un aliado excepcional lo encontramos en la alimentación.

  • Vitaminas B y D: fortalecen la raíz del cabello (y se caerá menos) y nos protegen de los radicales libres (lo que de paso nos viene bien para la piel). Presentes en legumbres y frutas y verduras en general.
  • Azufre y potasio: minerales que nos ayudarán a sintetizar la queratina, principal componente del cabello y también de las unas. Los podemos encontrar en fruta, verdura, quesos, yogures y pescados (salmón, emperador)
  • Hierro: un déficit de este mineral está relacionado con la caída y calidad del cabello (más débil y quebradizo). Espinacas, acelgas, soja y carne de pavo y pollo son fuente natural de hierro.

También podemos utilizar suplementos nutricionales que, además de las vitaminas y minerales mencionados, contengan ácidos grasos esenciales, zinc, cistina o biotina. Están pensados para conseguir dar fuerza y vigor al folículo piloso y, por tanto, minimizar la caída del cabello.

Los productos anticaída son también una buena opción. Consiguen alargar la fase de crecimiento (fase anágena), con lo que el número de cabellos que normalmente perderíamos en primavera se puede ver reducida. Eso sí, para maximizar la eficacia de los mismos es recomendable que estos productos (champús, lociones, mascarillas, ampollas) sean o bien prescritos por un médico o bien adquiridos bajo asesoramiento farmacológico.

Por último, también tenemos que hablar del estrés. Evitarlo o reducirlo también sería positivo para la salud de nuestro cabello (además de para la salud emocional, claro está). El motivo es que cuando estamos estresados llega menos oxígeno a nuestros poros y folículos pilosos, con lo que el estado de nuestro cabello también se resiente.

Quizá este sea la parte más difícil de llevar a cabo, pero para eso existen páginas web como The Damass Blog, que nos ayudan a afrontar el día a día de forma más positiva y por tanto de forma más saludable emocionalmente hablando.

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