La compasión como opción

La compasión como opción

¡Qué gran descubrimiento la compasión!  Acabo de terminar de vivir un programa de Entrenamiento de Cultivo de la Compasión (CCT) y estoy gratamente sorprendida por los descubrimientos.

En primer lugar, entender qué no es compasión.  Claramente no es sentir lástima, ni tampoco condescendencia.  No es una mirada donde nos ponemos por “encima del otro” en el papel de salvadoras ni tampoco ese rol blandengue, permisivo, que dice a todo que sí y que quiere agradar.

La compasión como opción

La compasión es una respuesta constructiva al sufrimiento, una manera de estar en el mundo y cada una con nosotras mismas.

La compasión es una respuesta constructiva al sufrimiento, una manera de estar en el mundo y cada una con nosotras mismas. #Mindfulness Clic para tuitear

El primer paso de la compasión es darme cuenta de que hay sufrimiento y me permito sentirlo. ¡¡Cuánto cuesta!! ¿verdad? Solemos negarlo (“¡si yo estoy fenomenal!”), ignorarlo (“si no miro, no existe”), exagerarlo (“Dios mío, esto es el fin del mundo”) o rechazarlo (“es malo, no lo quiero”).

Todo esto es humano y está bien.  Requiere mucha valentía mirar, reconocer y sentir.

El primer paso de la compasión es darme cuenta de que hay sufrimiento y me permito sentirlo. Requiere mucha valentía mirar, reconocer y sentir. Clic para tuitear

Y después de esa gran valentía viene la firme intención de que el sufrimiento sea aliviado.  Tanto el mío como el del otro para poder posteriormente pasar a la acción.

No hay recetas mágicas para la compasión

Siento daros la mala noticia que no hay una receta mágica para la compasión. No tiene por qué ser dar dinero, ni tampoco un abrazo… quizás a veces pueda ser dejar de ver a alguien o decir que No.  La compasión surge de una sabiduría más profunda que todas tenemos. Solo necesitamos conectar con ella. Y ahí el papel fundamental de Mindfulness.  Si paramos, escuchamos, acogemos y sostenemos todo aquello que surge, podremos discernir con mayor claridad cuál es la acción más apropiada y saludable de momento a momento.

La compasión nos hace bien

Según Kristin Neff, hay tres aspectos clave en la compasión:

➡ el mindfulness (ser capaces de ver el sufrimiento),

➡ ser amables con nosotras mismas y con otros (comprender y empatizar en vez de juzgar y criticar)

➡ y la humanidad compartida (reconocer el propio sufrimiento y el de otros como parte de la experiencia humana).

La compasión nos hace bien

La compasión nos hace bien… yo, honestamente, no tengo ninguna intención de ser mártir de ninguna causa.  Mi deseo profundo es que seamos felices y que estemos libres de sufrimiento.  Y desde ahí elijo colocarme ante mi misma y el mundo.

Una práctica maravillosa y, hasta juguetona, que os invito a hacer durante los próximos días es la siguiente: cuando vayas caminando por la calle, o esperes una fila, o te esté atendiendo alguien en una tienda, mírale y piensa mentalmente: “esta persona TAL COMO YO quiere ser feliz y estar libre de sufrimiento”.  Repítelo en varias ocasiones con diferentes personas.  ¡¡¡Ya verás qué bien sienta!!  Este ejercicio nos ayuda a recordar esta humanidad que compartimos cada uno de nosotros.  Algunas somos mujeres, otros son hombres, unos son españoles, otros son extranjeros, unos son cristianos, otros judíos… pero todos, todos… somos seres humanos.

Es una invitación a una mayor humanidad, reconocerla y disfrutarla.

¡¡Feliz consciente día!!!


Aquí os dejo la explicación de Kristin Neff de los tres componentes de la autocompasión. ¡Espero que os guste! 😊

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