La inteligencia emocional nos define
Contenidos del artículo
- 1 La inteligencia emocional nos define
- 2 Hablemos de Inteligencia Emocional: la clave del éxito
- 3 ¿Conoces las características imprescindibles de los emprendedores con alta inteligencia emocional?
- 4 6 técnicas infalibles para controlar tus emociones al emprender
- 5 Cómo aplicar la inteligencia emocional en nuestras presentaciones
¡Que ya nos hemos puesto en abril y hemos pasado la Semana Santa amig@s! El año y el tiempo corre más deprisa de lo que a veces queremos. Un tercio de año sin apenas enterarnos y hemos llegado a primavera con su famoso “la sangre altera” y, esto no es una casualidad, nos cambian las emociones. Vemos cambios impresionantes a nuestro alrededor, todo es una explosión de colorido y floración, pero sobre todo aumentan las horas de luz a las que nos encontramos expuestos también cambian las temperaturas que comienzan a aumentar.
Pero ¿qué nos sucede desde el punto de vista emocional? Pues claramente, tenemos dos posibilidades:
O nos sentimos más positivos y alegres que nunca lo que yo llamo “flower power”. Vemos la vida de otro color y tenemos muchas más ganas de hacer cosas, incluso sentimos que nos es mucho más sencillo relacionarnos con otra gente.
O nos da por lo contrario y nos ponemos en modo decaimiento y fatiga general modo “negatividad ON” más conocido como “depresión primaveral”. Al contrario de la positividad, las personas que la sufren se sienten cansadas y con mucha menos energía. Son más propensas a sufrir dolor de cabeza y falta de memoria. Necesitan más horas de sueño, y a esto se suma un sentimiento de tristeza sin justificación alguna en la mayoría de las ocasiones. ¡Que panorama tan poco alentador!
Para qué contaros que pertenezco al segundo grupo, de las faltas de energía ni os hablo y las flores y los colores se me hacen grises porque tengo alergia, ante esto lo que propongo con todas las situaciones menos positivas, es que no debemos apegarnos mucho a ellas, deben actuar de trampolín para impulsarnos e incluso propiciar un tiempo de cambio personal. Además, para eso este blog está siempre lleno de positividad y buenas vibraciones, así que vamos a motivarnos. ¡Fijaros la importancia que tienen las emociones y hasta qué punto pueden llegar a influirnos! Y, como si se tratara de una casualidad, cuando estaba leyendo varios artículos para escribir el post, ha llegado a mis notificaciones el siguiente artículo: ¿Qué es la Inteligencia emocional? Y, ¿por qué puede cambiar tu vida? Me ha gustado la idea de profundizar un poco más este tema así que vamos a ello
“Son nuestras emociones e imperfecciones son las que nos hacen humanos”
Clyde DeSouza
¿Cómo entendemos, manejamos y expresamos nuestras emociones y las de los demás? Pues aquí toca en nuestra puerta nuestra inteligencia emocional. Tanto y tanto hablamos de inteligencia emocional que a veces tampoco tenemos muy claro de qué se trata. Pues vamos allá, se trata de conectar con nuestras propias emociones y ver el impacto que estas tienen en nosotros y los que nos rodean y también no olvidemos la huella que dejan las emociones de los demás tienen en nosotros y las reacciones que nosotros demostramos a amigos, familiares y/o compañeros cuando estos manifiestan descontento, felicidad, rabia, aburrimiento, tristeza, etc. Resumiendo, es la posibilidad de dirigir y equilibrar nuestras emociones y vamos a necesitar trabajar la empatía para lograr avanzar en positivo, aunque el entorno sea negativo, porque necesitamos estar convencidos de que somos capaces de lograrlo y sobrevivir ante la adversidad. Es una realidad el hecho de que las emociones influyen en nuestra vida de relación, en la forma de trabajar y en el rendimiento, pero son pocas las personas que las tienen en cuenta al establecer relaciones, crear equipos de trabajo, definir objetivos o plantearse proyectos. Así que lo que te va a definir es lo que puedes demostrar, es decir, que vas a tener que hacer un esfuerzo por manejar tus emociones y mostrar lo mejor que en ti.
Hablemos de Inteligencia Emocional: la clave del éxito
La inteligencia emocional es una “habilidad” que podemos dividir en tres etapas específicas: conocer, interpretar y enfrentar, tanto actitudes, comportamientos y sentimientos propios como los de otras personas para asimilar mejor nuestros pensamientos, y los del entorno en el que interaccionamos. En otras palabras, lograr conectar tanto en el plano personal, del que se habla bastante poco, y en el interpersonal, que es de lo que más escuchamos.
Hemos de ser conscientes de nuestro desgaste emocional diario, e incluirlo como algo natural, sin embargo, si no somos capaces de considerarlo como un proceso necesario o no sabemos desbloquearlo, podemos caer en ciertos comportamientos que nos afectarán mentalmente, como el mal humor, la tristeza, la negatividad, estar a la defensiva, e incluso el odio, entre otros.
La inteligencia emocional está relacionada con la interpretación de los objetivos personales y las motivaciones que nos van a permitir encontrar un ambiente para gestionarnos con éxito cuando las cosas no marchen bien.
Ocurre a menudo que en nuestro día a día, nos volvemos intolerantes, impulsivos y reprimidos, para que esto no suceda es necesario comprender los tres puntos del desarrollo de la inteligencia emocional, que son: emocional (algo que sentimos), intelectual (algo que entendemos), y conductual (algo que hacemos) para manejarnos de mejor manera ante la adversidad, pero sobre todo ante las situaciones difíciles. Lo principal es que seamos capaces de salir adelante siempre, y entendamos que nuestra mente es tan poderosa que nos permite adaptarnos en la medida en que los problemas se presentan.
Una parte muy importante de la inteligencia emocional es saber comunicarnos con nosotros mismos porque es el principio básico para hacerlo con los demás. Conocernos bien, nos permitirá comprender cuales son nuestros límites y tener claro que cuando las situaciones nos superan vamos a ser capaces de enfrentarlas. Si queremos desarrollar nuestro potencial, dar lo mejor de nosotros, mejorar nuestra vida profesional y personal que van de la mano, es primordial empezar por nuestro diálogo interno positivo y…¡cuánto nos cuesta!.
“El desarrollo de la #inteligenciaemocional comienza con poder reconocer nuestras propias emociones, y saber cómo reaccionamos en cada situación” #emprendimiento Clic para tuitearSeguro que coincidís conmigo en que, en lugar de ensalzar nuestras cualidades positivas, lo primero que nos pasa por la cabeza y comunicamos es todo aquello negativo de lo que hacemos gala. En general, no tenemos un diálogo interno positivo con nosotros mismos, se nos pasan ideas que no hacen más que manifestar nuestros miedos e ideas negativas, la mayoría de las veces, hiperexigentes y que ponen en duda nuestra valía personal. Os propongo que revisemos nuestro diálogo y nos demos cuenta que tendemos a:
- Generalizar nuestros errores o las dificultades que podamos tener: “todo lo hago mal”, “no lo voy a conseguir nunca”,
- Centrar la atención en un aspecto que no es destacado: “ya estoy dudando otra vez”, “no se por qué me lo planteo de nuevo”
- Exagerar nuestros errores y no tener en cuenta nuestros logros: “se me ha olvidado decirle que”, “no he caído en hablar de”, “se me ha pasado por alto “
- Compararnos con otras personas de tal manera que siempre salimos perdiendo y nos provocamos desmotivación y desánimo: “no puedo competir con esta persona, lo hace mejor que yo”, “por mucho que haga, no voy a lograr sus resultados”
- El perfeccionismo no nos viene nada bien: “tengo que hacerlo perfecto si no, no vale”
- Poner por delante las consecuencias negativas “voy a hacer el ridículo”, evaluar de manera poco realista y muy negativa nuestras habilidades, “lo hago fatal”, o ciertas situaciones, “nadie se está enterando de nada”.
Desarrollar ideas más constructivas y desbancar las que son perjudiciales será una estrategia importante en todo este proceso. Como vemos, la comunicación juega un papel fundamental para mantener una escucha activa, la transmisión de mensajes convincentes y la automotivación. Pero ¿cómo se yo si tengo inteligencia emocional o no? Al tratarse de algo intangible, resulta complicado conocer si ponemos en práctica nuestra inteligencia emocional o no, y como no queremos cometer errores a continuación vamos a explicar unas pautas de comportamiento que sería conveniente eliminar de nuestro comportamiento.
Falta de vocabulario específico
Las personas deben expresar sus emociones, muy pocas son capaces de identificarlas con claridad y esto va a implicar problemas, ya que las emociones que no se entienden provocan malas decisiones. Si desarrollas tu inteligencia emocional, vas a identificar lo que sientes, recapacitar los siguientes pasos a tomar, ya que vas a conocer cómo te sientes y si ese sentimiento puede afectar a tu proyecto
Estresarse con facilidad
Si en demasiadas ocasiones consideras que la situación te supera y te genera una dosis de estrés considerable, resulta evidente que nos falta inteligencia emocional. Tomar decisiones en momentos de elevado porcentaje de estrés acostumbra a conducir al error y al equívoco.
“Cualquier persona con mayor inteligencia emocional será más eficiente y tendrá más posibilidades de sentirse con más felicidad y plenitud” #comunicación Clic para tuitearLa inteligencia emocional sirve para controlar los cambios de humor por lo que, si determinadas situaciones hacen que prescindas de la empatía y amabilidad, perdiendo con ello los modales, vas a mostrar una carencia absoluta de la misma. En los negocios, proyectos y otros aspectos de nuestra vida es fundamental el tacto y esto va a ocasionar problemas. En la mayoría de las ocasiones, guardar las formas suele ser importante a la hora de llevar con éxito las negociaciones.
No tolerar otros puntos de vista
Si eres de los que siente que siempre tiene razón y expone y defiende sus argumentos airado e ignorando el debate que plantee otra persona que no piensa igual que tú, será una prueba de carencia de inteligencia emocional. Esto es muy peligroso para las personas que dirigen negocios que funcionan, ya que solo se tendrán en cuentas sus opiniones, y se perderá el conocimiento que puede aportar el resto de los colaboradores.
Es muy sencillo echar la culpa a ajenos de errores propios. Quien lo hace carece de inteligencia emocional y perjudica a la gestión de los nuevos negocios.
Aferrarse al rencor es vivir en un estado de continua tensión. No poder olvidar una ofensa perjudica la toma de decisiones. Las personas emocionalmente inteligentes saben pasar página y sus proyectos suelen beneficiarse de esta virtud.
Falta de conexión con los que te rodean
Ganarse la confianza de la plantilla es fundamental en una empresa, ya que los negocios existen hasta que los empleados quieren. Por tanto, si un emprendedor no logra hacerse entender o tiene problemas para relacionarse con los demás mostrará una falta importante de inteligencia emocional, que lastrará el buen trabajo de sus colaboradores.
Ser incapaz de perdonarse sus errores
Castigarse con los fallos cometidos impide avanzar. Las personas con elevadas dosis de inteligencia emocional toman rápidamente distancia con respecto a sus errores pasados, y así lo tienen mucho más sencillo para adaptar y superar los retos del futuro.
La inteligencia emocional no sirve solo para ser agradable. Realmente es una cualidad que es óptima para controlar las emociones y lograr gestionarlas mejor. Por tanto, un emprendedor emocionalmente inteligente debe mostrar cuándo está molesto o frustrado, ya que enmascarar las emociones tampoco genera actitudes positivas en la compañía.
“Es importante conocer nuestras fortalezas, debilidades y nuestro potencial para poder unirlo a nuestra motivación y conseguir objetivos realistas” #gestionaremociones Clic para tuitear¿Conoces las características imprescindibles de los emprendedores con alta inteligencia emocional?
Seguramente, en más de una ocasión te has tenido que enfrentar a periodos de gran presión o estrés en el trabajo en los que quizá no podías pensar con claridad y has llegado a meter la pata o te has preguntado qué consecuencias tendría el haber actuado de forma diferente. Si nos paramos a reflexionar, ¿logramos dominar nuestros sentimientos o por el contrario los sentimientos acaban dominando nuestra vida? Pues bien, la inteligencia emocional no va de comportarnos en modo automático como robots, sino de orientar nuestras emociones de forma que afecten lo menos posible a nuestras relaciones personales ni profesionales.
De nosotros va a depender el éxito de nuestras relaciones, tenemos que pensar que nuestro trabajo como profesionales no se limita exclusivamente a ser relevantes y únicos en nuestra área de conocimiento, sino en ser personas con las que te puedas alegrar de trabajar con ellas y hacer negocios.
La puesta en marcha de cualquier proyecto, de un negocio, requiere de un gran desarrollo y madurez emocional. Existen algunas características que son imprescindibles para la inteligencia emocional de los emprendedores (y no solamente de los emprendedores). ¿Sabes cuáles son? ¡Vamos a ello!
Propósito
Es evidente que todos nosotros nos esforzamos por sacar adelante nuestros proyectos y negocios. Conocer tu propósito (aquellas cosas que te apasionan, te gusta hacer y tienes cierta facilidad para llevarlas a cabo) te va a ofrecer la posibilidad de definir la clase de emprendimiento que quieres y que te motiva. Descubrirlo supone que todas las acciones, planificaciones y decisiones que tomes van a ser coherente con él. Si algo no te lleva en esa dirección, entonces no es una prioridad. Para ello tenemos que actuar en consecuencia y tener bien definido cuál es el objetivo en el que tenemos que insistir y las metas que queremos lograr tanto a nivel personal como profesional.
Autocontrol
Hacer frente al ego de nuestra personalidad es un ejercicio muy exigente que debemos hacer, ya que la fuerza de las ideas y la pasividad hacia ciertos comportamientos que tenemos arraigados pueden impedir que hagamos cambios y avances. A muchos de nosotros nos resulta bastante difícil tener autocontrol, porque nuestro esquema emocional e interno, ha permanecido en el descontrol ante muchas situaciones durante largo tiempo, y el peor enemigo de los emprendedores es el desorden y la confusión. El autocontrol hace posible que tomemos decisiones acertadas, que seamos capaces de soportar las dificultades, que tengamos la suficiente sensatez en los momentos de crisis, que hagamos uso de la inteligencia emocional para adaptarnos a un entorno cambiante y así logremos nuestros objetivos.
Confianza
La confianza está basada en la pasión por nuestro proyecto, en el conocimiento que tenemos sobre lo que estamos realizando, los recursos que vamos a necesitar y con los que contamos en este momento y cómo los conseguiremos para poderlos utilizar. La confianza surge cuando conocemos qué necesidades va a solucionar nuestro proyecto, producto o servicio. Una persona que comienza un proyecto ha de experimentar la seguridad de controlar su negocio y su desarrollo. Al mismo tiempo, deben originar el sentimiento de dominio ante el éxito de los productos o servicios que se ofrecen en el mercado y transmitirlo a sus clientes y a sus colaboradores en todo momento.
“La inteligencia emocional es una herramienta indispensable para fortalecer la capacidad de liderazgo”
Curiosidad
Nunca debemos frenar nuestra necesidad de información y de adquirir conocimientos nuevos. Cualquier cosa que nos dé curiosidad la investigaremos, de forma que podamos obtener una lección de todo. Dentro de nuestro ADN de negocios ha de formar parte el sentimiento de curiosidad y de aprendizaje constantes, y ya sabéis la felicidad y satisfacción de poder ayudar. Debemos ser curiosos poder innovar y reinventar constantemente nuestros proyectos, más aún en tiempos difíciles. Evita que emociones como el enojo y la ira se apoderen de ti, en especial en el momento de tratar con empleados y clientes.
Comunicación
La diferencia entre poseer una buena capacidad de comunicación o no poseerla puede ser la distancia entre el triunfo o no de un proyecto, ya que la comunicación a todos los niveles es básica para el éxito empresarial. Es muy importante que las personas requieren nuestros servicios y productos conozcan a quien está detrás de la empresa y qué es lo que piensa y siente. Una buena comunicación genera confianza y hace que las relaciones con tus interlocutores y clientes se vean fortalecidas. La transmisión de ideas o sentimientos al equipo de trabajo, como también a los clientes es fundamental.
Relación
Si somos emprendedores (y aunque no lo seamos también) es preciso perfeccionar nuestras habilidades sociales para conectar profundamente con colaboradores, audiencias y clientes porque el emprendimiento es, en esencia, un ejercicio de gestión humana. Debemos conectar de modo significativo y auténtico, para identificar las necesidades insatisfechas, el desarrollo de nuevos productos, servicios y los cambios en las organizaciones y para ello nuestro punto fuerte va a ser la empatía
Conectar desde la empatía proporciona ideas para gestionar nuestro negocio de manera óptima. Es esencial que tanto clientes, colaboradores, socios y demás interesados sepan que sus intereses son una prioridad, que su voz es importante y de esta manera fomentar una imagen positiva. Debemos demostrar que la empresa no solo busca su beneficio, sino que este beneficio va a repercutir en todos.
Cooperación
Con cooperación nos referimos a la capacidad para trabajar en estrecha colaboración con otros, compartiendo objetivos y métodos de actuación. La ayuda y cooperación mutua entre emprendedor,
cliente y empleados es la clave para sacar beneficios. Esta cualidad es básica en el momento de construir alianzas, buscar socios y contratar colaboradores.
“La inteligencia emocional consiste en entender nuestros errores para aprender de ellos y aceptar con sensatez situaciones futuras” #Inteligenciaemocional Clic para tuitear6 técnicas infalibles para controlar tus emociones al emprender
Iniciar un proyecto conlleva sucesión de altibajos emocionales que en muchas ocasiones puede ser difícil de gestionar. Hay días en los que parece que vas a comerte el mundo y no hay nada que se te resista. Pero también existen esos días grises, llenos de nubarrones y tormentas, en los que ves que la cosa no prospera, no avanzas y todo son exigencias por parte de tus clientes. Esta noria que sube y baja puede descentrarnos a cualquiera, haciendo que gestionar las emociones se vuelva un imprescindible para los emprendedores, pero no es tan difícil: la preparación y la formación vuelven a ser los mejores aliados del emprendedor.
🔝 Afronta tus miedos
A pesar de no estar seguros de que todo nos va a ir bien, nos hemos de comprometer a avanzar si queremos lograr nuestras metas en la vida. Nuestros miedos empiezan por hacernos preguntas del estilo: ¿Y si no puedo hacer frente a mis deudas? ¿Qué pasa si el proyecto no sigue adelante? ¿Les gustará mi propuesta y la aceptarán? ¿Cómo voy a pagar estas facturas? ¿Daré la talla en este negocio? Y así suma y sigue con una colección que ni os quiero explicar. Seguramente este tipo de preguntas rondan tu cabeza más a menudo de lo que te gustaría. ¡Cuidado! La ansiedad se va a apoderar de ti, a no ser que le plantes cara a esos miedos y dejes de preocuparte por lo que todavía no ha sucedido y comiences a buscar soluciones para las cosas que verdaderamente están ocurriendo. El miedo advierte del peligro y lo importante es canalizarlo de la forma más positiva posible. Verlo como una amenaza que debe combatirse desde la decisión, por ello es motor de cambio.
🔝 Mejora tu confianza
Cuando no te crees capaz de desenvolverte como el buen profesional que eres, estás transmitiendo tus inseguridades a los que te rodean, y como consecuencia no van a querer trabajar contigo y menos invertir su tiempo y dinero en un negocio que no tienen muy claro que vaya a funcionar. Cuando no te veas capaz de creer en ti analiza cuántas cosas has dejado de hacer, y cuando pienses en ello, actúa y continúa con tus proyectos.
Reconocer y aceptar las propias limitaciones va a ser la primera recomendación a tener en cuenta. También puedes fortalecer tu autoconfianza mediante pequeños logros diarios y celebrar cuando se alcanza cada uno de ellos, para que seguir progresando y llegar a alcanzar objetivos mucho más elevados.
🔝 No te dejes llevar por la euforia
Al comenzar un proyecto y los días que tenemos buenos, es fácil dejarse llevar por la euforia y tener la sensación de que puedes con todo y no se te pone nada por delante. Cuando la suerte acompaña es fácil que nos sintamos únicos e inigualables, ¡soy un crack!, y nuestro ego puede jugarnos una mala pasada. Esto puede alejarte de la realidad, no ser crítico contigo mismo y no escuchar a los que te rodean. Esta actitud puede llevar al fracaso ya que suele venir acompañada de falta de escucha, desconexión de la realidad e incluso alejar a las personas con pensamiento crítico y que creamos que se oponen nuestra visión. Hay que relativizar el éxito e identificar las claves que nos han conducido hasta él para mantenerlas en nuestra estrategia de negocio.
🔝 Quédate con lo positivo
Te sientes frustrado y te preguntas por qué decidiste cambiar de vida y emprender. La nostalgia de tiempos anteriores te invade ¡No vayas por ese camino! El desánimo es una emoción muy recurrente. Igual que sucede con el miedo, hay que aprender a convivir con él, evitando que se convierta en protagonista de nuestro diálogo interior. Analiza tu pasado, presente y futuro, nadie dijo que emprender fuera fácil pero no olvides todas las cosas buenas: la posibilidad de trabajar en lo que te gusta, poner en marcha un proyecto en el que crees, libertad… las razones para emprender son infinitas y no debes perderlas de vista.
“Los pensamientos son los causantes de las emociones: si aprendes a pensar de forma adecuada, aprenderás a sentir de otra forma: ¡Garantizado!” Rafael Santandreu
🔝 Soledad, esa bendita compañera de viaje
¡Qué sensación de vértigo ver que todo depende de nosotros! Ha llegado el momento en el que te conviertes en una persona multitarea frentes abiertos muy diversos, que se te hacen incontables y de los que no siempre tienes mucho conocimiento. ¿Os suena esto? Pues sí, la soledad es otro de los sentimientos que si la de jamos va minando la voluntad del emprendedor. Te sientes muy solo, superadx por las circunstancias y sin tiempo para nada. No es fácil de combatir, sin embargo, tenemos que pensar que no estamos solos, tenemos otros emprendedores en la misma situación y podemos ayudarnos. No, no estoy hablando de una terapia, hablo de modelos de trabajo más participativos y creativos en los que en los que el contraste de ideas y la discusión son un aprendizaje y se convierten en una experiencia más enriquecedora. También ayuda mantener intactas la capacidad de escucha y de aprendizaje. No te juzgues, y no te compares. Crea tu red de colaboradores habituales, sal de tu lugar de trabajo y procura asistir a eventos que tengan relación con tu sector profesional de esta forma estarás actualizado en los temas a los que te dedicas. Rodéate de personas como tú y comparte con generosidad.
🔝 Entrenamiento emocional y físico
Lo mismo que cuentas con las herramientas necesarias para desempeñar tu actividad laboral y seleccionas a los proveedores más adecuados, también debes preparar tu cuerpo y tu mente. Puedes seleccionar bastantes actividades para relajar tu cuerpo y tu mente como el yoga o ahora tan de moda Mindfulness. Pero también es importante que ejercites tu cuerpo. Si no tienes tiempo para asistir regularmente al gimnasio y te cuesta levantarte a correr puedes elegir actividades en grupo que practicar con regularidad como el tenis, fútbol o baloncesto. Combate el pensamiento negativo. Debes ser consciente de que más importante que el problema al que te enfrentas es la solución que tomas. Gestiona bien el tiempo. Tu proyecto empresarial es prioritario, pero en la vida hay muchas otras cosas. No permitas que tus obligaciones más urgentes te aíslen de tu familia y amigos, busca la compañía de otros, habla y escucha.
Cómo aplicar la inteligencia emocional en nuestras presentaciones
La comunicación y la inteligencia emocional son dos aspectos íntimamente ligados y tienen gran influencia en nuestra interacción con las personas que nos rodean. Hace unos días, tuve el privilegio de ser invitada participar en las IX Jornadas de Emprendimiento de la Comarca del Bierzo y lo que os quiero transmitir es que una buena ponencia/presentación/conferencia no se va a basar solamente en los colores o imágenes impactantes de tus presentaciones, para hacer una buena presentación también tienes que usar la inteligencia emocional. Al principio de mi intervención puntualicé que, no se trataba de nosotros los ponentes, lo principal sois vosotros, nuestro público, nuestra audiencia y es en ellos en los que tenemos que pensar principalmente.
¿Cómo podemos utilizar la inteligencia emocional a la hora de hacer una exposición?
Dedica el tiempo necesario para ponerte en el lugar de audiencia. Pregúntate qué es lo que les importa, sus dudas, inquietudes, a que aspiran, cuáles son sus proyectos y lo que les puede hacer felices. La empatía es una de las características más importantes de las personas con alta inteligencia emocional, por lo que debes usarla al preparar tu presentación. Con esto ya te haces idea que hacer una presentación con inteligencia emocional no empieza cuando enciendes el ordenador y creas la primera diapositiva.
Ten claro las necesidades de tu público y cómo vas a atenderlas. Tu objetivo va a ser servir de referencia, resolver las dudas, aportar valor y, como consecuencia de lo anterior dejar tu huella. ¿Qué mejor forma de impactar que contando una historia? Es una forma muy utilizada para involucrar más a nuestro público y provocar que la información que queremos transmitir tenga más impacto. Nuestro cerebro es muy listo y retiene más los datos de una historia interesante que si explicamos solamente información. Concéntrate en conocer las dudas y las necesidades que tengan e imagina una respuesta basada en una historia personal que sobre todo despierte el interés por conocer más. No descuides nunca la estructura de esta historia porque vas a tener que ir explicando primero por qué es importante, qué tienen que hacer, y cómo pueden hacerlo.
La presentación ya que tienes definida tu estrategia basada en inteligencia emocional. Cada diapositiva debe ser clara, tener colores que resulten atrayentes a tu público e incluir palabras que les inspiren. Intenta ser lo más auténtico posible: se consciente de cuál es tu estilo e intenta mantenerlo. Cuando acabes cada diapositiva míralo con perspectiva y pregúntate que mensaje les transmitirá, ¿satisface sus necesidades?
Pide feedback Y como la comunicación está íntimamente ligada, finalmente hay que poner en práctica uno de los hábitos más importantes de una persona con alta inteligencia emocional: pedir retroalimentación. Primero reflexiona y obtén tu propia opinión, volviendo a preguntarte si crees que tu presentación se adecua al público y sus necesidades; después, enséñaselo a alguien de tu confianza, colaborador o amigo y explícale cómo es tu público. Pídeles que te den una opinión sincera y úsala para mejorar los posibles defectos que tenga tu presentación.
Puede que te lleve algo más de tiempo, pero preparar tu presentación pensando en tus oyentes es esencial. Recuerda: pese a que estés tú seas el orador, el centro siempre es tu público.
Sea como sea, saber gestionar las emociones siempre nos va a ayudar a encontrar el equilibrio en nuestras vidas. ¿Cómo trabajas tú la inteligencia emocional? ¿Te has apuntado ya al reto de ser un poco más emocionalmente inteligente cada día?
Me gustaría que compartieses tu experiencia.
Si has llegado hasta aquí ¡Gracias por leerme!