La importancia de pararse a pensar y … siempre en positivo
Contenidos del artículo
- 1 La importancia de pararse a pensar y … siempre en positivo
- 2 El increíble poder de las preguntas inteligentes
- 3 El poder de las palabras. ¿Te has preguntado alguna vez por qué es tan importante una pregunta?
- 4 ¿Qué beneficios obtenemos al hacer preguntas?
- 4.1 A través de las preguntas podemos aprender mucho de la vida
- 4.2 Si nos cuestionamos más, obtenemos mejores respuestas
- 4.3 Preguntar nos hace ser más flexibles
- 4.4 Tienes el poder de transformar tu vida
- 4.5 Hacer las preguntas correctas permite crear el ambiente perfecto
- 4.6 Preguntar nos ayuda a vender más y mejor
- 5 La habilidad de hacer preguntas poderosas: cuestión de talento
¡Querid@s amig@s! Feliz de estar de nuevo en esta bonita ventanita que me permite conectar con vosotros y feliz de desearos un nuevo año. Como dice el refrán “Enero frío y sereno, inaugura un año nuevo” y sí el 2020 ya está aquí. Un nuevo año cargado de nuevas oportunidades para marcarnos retos, comenzar proyectos, finalizar otros y además todo un año para seguir caminando y avanzando
En Navidad siempre llegan las consabidas reflexiones y no sé vosotros, pero yo aprovecho para detener en lo posible mi actividad, dedicar tiempo a los míos y a disfrutar de ratos de ocio intensos y sobre todo pararme a pensar, sí sólo a dedicar tiempo a pensar ¿por qué a pensar? ¿Qué ganas con eso? Pues muchas cosas ya que, si queremos generar buenas ideas, que sean innovadoras, coherentes e inteligentes, debemos dedicar una parte de nuestro tiempo a sólo pensar.
El increíble poder de las preguntas inteligentes Clic para tuitearEl increíble poder de las preguntas inteligentes
En la era actual, cambiante, incierta y compleja, tomarnos un tiempo para pensar no es una tontería ni un lujo, es una necesidad. El problema está en que pensar está mal visto. Cuando vemos a alguna persona sin hacer nada, inmóvil, la mirada perdida, generalmente lo asociamos a que está perdiendo el tiempo.
Aunque en muchas ocasiones cuando estamos pensando a la vez estamos desarrollando una plan para nuestro negocio, o estudiando cómo podemos mejorar nuestros aportes, o cómo podemos incrementar nuestros ingresos … ¡pero parece que no hacemos nada!
Está demostrado que pensar y reflexionar ayuda a emprender con mayores garantías de éxito. Lo ideal es dedicar todos los días unos minutos al menos a pensar cómo podemos mejorar tanto y desarrollarnos personalmente y profesionalmente. El pensar nos ayudará a tomar mejores decisiones, a elegir mejor, a actuar de forma intencionada y consciente, a optimizar nuestro tiempo… seremos más proactivos y menos reactivos.
Como emprendedores debemos acostumbrarnos a dedicar todos los días una parte de nuestro tiempo a pensar y reflexionar, pues esto nos ayudará a tomar mejores decisiones, a elegir mejor, a actuar de forma intencionada y consciente, a optimizar nuestro tiempo.
Es importantísimo pensar, reflexionar y definir nuevas enfoques y estrategias, si lo tenemos claro y definido siempre tendremos la posibilidad de alcanzar nuestros objetivos. El cambio de año no nos servirá para nada si no tenemos un plan de acción que nos lleve a alcanzar todo aquello que nos hemos propuesto. De otro modo, y otro año más, esto quedará en un montón de buenas intenciones en el próximo enero habrán pasado al olvido.
“Las buenas preguntas cambian tu percepción de las circunstancias y tus reacciones”
Últimamente he recordado que desde niña he sido muy curiosa y los momentos más interesantes y divertidos de mi vida han sido aquellos en los que me atreví a preguntarme ¿qué pasaría si hiciera esto o aquello? Ahora lo hago de una manera más consciente y he descubierto que los resultados están siendo muy acertados.
No resulta raro que al empezar un nuevo año necesitemos tener en mente nuevos retos y motivaciones que satisfacer. Forma parte de nuestras necesidades como ser humano, como si estuviera escrito de alguna manera en nuestro ADN personal como señala el artículo 8 consejos para cumplir los propósitos de Año Nuevo es importante tener en cuenta que los objetivos que nos vamos a plantear en el año y, sobre todo, que sean realistas, motivantes y pocos, pero lo que me llamó la atención es que, a la hora de fijarse metas para los próximos 12 meses lo mejor es empezar por hacerse preguntas
La mente siempre está preparada para responder aquello que le preguntemos. Como si fuera un robot, responde automáticamente cada cosa que se le pregunte, no importa lo que le formulemos. Te animo a comenzar haciéndote las siguientes reflexiones.
¿Cuáles son tus objetivos personales y profesionales?, ¿Has pensado alguna vez que te está frenando en la consecución de los mismos?, ¿por qué no estás consiguiendo aquello que te propones?, ¿dónde están tus principales obstáculos y limitaciones?, ¿qué vas a hacer para que funcione?
En serio, ¿alguna vez te has hecho este tipo de preguntas?
El poder de las palabras. ¿Te has preguntado alguna vez por qué es tan importante una pregunta?
Cuando compartimos nuestros pensamientos y opiniones con los demás, podemos percibir el poder y el atractivo que pueden producir las palabras que estamos pronunciando. Es importante tener en cuenta que la forma, el orden y el significado de cada palabra puede cambiar totalmente el mensaje que nosotros queremos transmitir. El cerebro necesita relacionar la información, las historias o los mensajes para poder dar significado a las palabras. Es indiscutible que las palabras tienen influencia, pero no, no es tan claro y evidente cómo sucede y además sería poco práctico pensar que las palabras van a influir en nosotros y en los demás solamente teniendo la creencia que influenciar con palabras es posible.
Esto se debe a que no es suficiente con hacer preguntas, también es importante darse cuenta cómo se vincula la información en el cerebro de la otra persona mientras piensa las respuestas o recibe la información de su interlocutor.
Muchas veces la mejor forma de generar una respuesta no es un análisis minucioso de los beneficios, sino algo mucho más simple, aprender a apreciar y respetar el poder que tienen las preguntas.
Las preguntas son una excelente forma de motivarnos, plantear dudas, reflexionar, cuestionarnos, abrirnos a nuevas posibilidades y en definitiva llegarnos a conocer mejor. También nos permiten encontrar el sentido de las experiencias que vivimos. Hemos oído mucho que la calidad de nuestras vidas está determinada por la calidad de nuestros pensamientos y la calidad de nuestros pensamientos, a su vez, están determinados por la calidad de nuestras preguntas.
La mayor parte de nosotros vamos en piloto automático por la vida, ocupados en hacer cosas, en tomar decisiones y en actuar en consecuencia, y no nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que estamos haciendo. Y, principalmente no nos tomamos en tiempo para pensar cómo podemos mejorar lo que estamos haciendo
“Las preguntas bien formuladas y dirigidas a las personas correctas son un poderoso instrumento de conocimiento, que nos puede acercar más al éxito”
Esta actitud en la actualidad es más frecuente de lo que deseamos sobre todo porque nos encontramos con una sociedad que prioriza la velocidad y la necesidad de hacer por encima de todo lo demás.
Es importante comenzar por mirar en nuestro interior
El hacernos las preguntas correctas y tomar conciencia de cómo afectamos tanto nosotros mismos como a otros cuando nos decidimos a tomar acción, es una forma segura de evitar caminos que no nos convienen o que pueden afectar negativamente a otras personas
La reflexión y la introspección nos hacen mucho más astutos, más hábiles e inteligentes, o, por lo menos, ayudan a que no desperdiciemos la capacidad que tenemos y que no tengamos comportamientos que nos hagan parecer absolutamente tontos.
La habilidad de hacerse preguntas
Hay una habilidad que no se puede estudiar en ninguna universidad, aunque si suelen adquirir ciertos profesionales con la experiencia que sólo pueden traer los años de trabajo. Y esta habilidad es la hacer la pregunta correcta en el momento exacto para lograr un análisis adecuado.
La pregunta es, sin dudarlo, la parte más esencial de nuestras reflexiones. No podemos avanzar si no tenemos la capacidad de detenernos y preguntar, tanto a nosotros mismos como al resto de las personas con las que nos relacionamos de forma activa en nuestro día a día
El poder de la pregunta traspasa todos los ámbitos de la vida y cumple su función en toda situación social. La habilidad de preguntar lo que tenemos que preguntar cuando lo tenemos que preguntar puede llevarnos crecer profesionalmente, a conseguir poder o, dejando a un lado estas cosas que pueden parecer superficiales, a ser felices.
Las preguntas inteligentes o poderosas
El ser humano difícilmente puede no responder a una pregunta. Una pregunta pone en marcha todos los mecanismos para darle sentido y poderla contestar. ¿Por qué buscar el consejo de los demás en situaciones que plantean dudas? Cada persona puede buscar en su interior la solución a aquellas cuestiones que le
preocupan, si aprende a plantearse las preguntas inteligentes adecuadas. Con ellas, se llega a una reflexión personal básica para el autoconocimiento de cada uno de nosotros
Hay distintos tipos de preguntas, pero en este post nos vamos a centrar en las preguntas poderosas o preguntas inteligentes. ¿Cuándo es poderosa una pregunta? Cuando te hacen reflexionar sobre tu integridad y tus valores. Son constructivas y se apoyan en lo que te gusta para invitarte a la acción. Favorecen que te puedas ver en situaciones que deseas alcanzar para pensar sin límites y están enfocadas en mejorarte. Resultan una herramienta ideal para mejorar nuestro autoconocimiento y proyectar nuestra acción futura
¿Cómo se hacen las preguntas poderosas?
El inicio más habitual de las preguntas poderosas es, esencialmente, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿quién? y ¿dónde? Debe evitarse caer en la tentación de preguntar un ¿por qué?, ya que, únicamente, se consigue iniciar la búsqueda de justificaciones para acciones pasadas, lo que contradice por completo el objetivo de este proceso. Es mucho mejor que se plantee la misma cuestión buscando una fórmula alternativa, como ‘¿qué motivos te han llevado a…?’
Además, es esencial que quien realice las preguntas poderosas sepa mantenerse en un segundo plano. Con un punto de vista completamente humilde, debe hacer que el entrevistado se sienta el protagonista de la conversación y, por lo tanto, adquiera la confianza necesaria para expresarse con total libertad.
“Una pregunta poderosa despierta el pensamiento crítico y la creatividad”
¿Con que estado mental y emocional afrontas diariamente tú trabajo, el jefe, los compañeros, las relaciones, la seguridad y la salud? ¿Es un estado mental que potencia tus recursos, tus posibilidades, tu seguridad y salud, aquello que deseas conseguir? o, por el contrario ¿es un estado que limita tus recursos, que te hace enfocarte en los conflictos, en la pasividad, en la víctima, en la falta de atención, en el desinterés, en descuidarte, en dejarte arrastrar emocionalmente, etc.?
Una pregunta poderosa despierta el pensamiento crítico y la creatividad Clic para tuitearY, ¿cómo evaluamos las cosas, situaciones, etc.? Sencillamente haciéndonos preguntas. Si quieres gestionar eficazmente tus estados, e manera que sean beneficiosos para ti, es bueno que controles las preguntas que te haces. Elimina las preguntas que te limiten, y hazte que te potencian, te motiven a hacer cosas beneficiosas para ti, te hagan sentirte bien y recuperar energía.
¿Qué beneficios obtenemos al hacer preguntas?
Todos, sin excepciones, a lo largo del día nos hacemos preguntas. Teniendo en cuenta que tenemos una media de 60000 pensamientos al cabo del día, entonces… ¿cuántas preguntas nos llegamos a hacer? Pon atención y piensa que los grandes líderes dirigen empleando lo que saben y enlazándolo con preguntas inteligentes, los negociadores especializados, los entrevistadores profesionales y los políticos eficaces logran sus objetivos con la información que disponen de la otra persona y que han obtenido mediante preguntas persuasivas.
Entonces si hacer preguntas es tan importante, ¿por qué no invertimos más tiempo y energía en formularlas? En los tiempos que corren, con tanta tecnología y pantallas, hemos dejado hacer preguntas y sobre todo de tener en cuenta la importancia de estas. La destreza para hacer preguntas no es algo de rabiosa actualidad y nos debemos remitir a la antigüedad. Ya Sócrates sostenía que el trabajo más importante que había realizado en su vida había sido enseñar a los hombres a preguntar. Algo nos tendremos que aplicar ¿no?
Como anécdota, os contaré que leyendo documentación para una formación en comunicación de equipos directivos, me topé con el libro El Arte de hacer preguntas (te recomiendo su lectura amena e inspiradora) de Mario Borghino, en el que nos hace reflexionar sobre cómo las preguntas pueden ayudarnos muchísimo para cuestionar lo que decidimos, para entender situaciones desde diferentes enfoques, para analizar los problemas con detalle y en definitiva para mejorar nuestras reflexiones.
Me resultó interesantísimo profundizar en los motivos por los que no hacemos preguntas y es que el autor nos propone los siguientes puntos:
- No hacemos preguntas para no meternos en problemas
- Nuestro ego nos lleva a pensar que impresionamos mucho más contestando y dando nuestro punto de vista que preguntando
- Nuestro miedo a hacer el ridículo ante los demás y que nos vamos a quedar en blanco sin saber qué decir, nos puede
- Desconocemos las preguntas que tenemos que hacer para lograr nuestros objetivos
- Estamos convencidos que las personas que nos rodean se sienten en cierto modo intimidadas cuando les preguntamos
- Me importa mucho que piensen que estoy intentando manipular o hacer un interrogatorio.
- Ignoramos cómo conseguir a través de las preguntas podemos obtener información de personas que no son de nuestros círculos
Y hablando de preguntas ¿te has planteado si coincides en alguno de estos puntos? Pues la verdad que yo sí, sobre todo cuando creo que la otra persona se va a sentir molesta si le hago preguntas y esto me recuerda que no hay preguntas tontas, sino tontos que no preguntan. No debes dejar de preguntar si ignoras algo, pues es mejor entenderlo que quedarse callado y no aprender. Las preguntas enriquecen el saber así que ¡a preguntar se ha dicho!
“Pregunta a los demás: encuentra el camino hacia tus objetivos gracias a la experimentación”
Ser personas curiosas y saber hacer buenas preguntas, nos permite descubrir cosas nuevas y nos aporta grandes beneficios. ¿Sabes cuáles son? ¡Vamos, empecemos a practicar desde hoy!
A través de las preguntas podemos aprender mucho de la vida
Fíjate en algo tan sencillo como un niño. Comienzan a aprender sobre el mundo observando, probando y preguntando “por qué.” El aprendizaje y la investigación se basan en obtener nuevos conocimientos y eso solo podemos lograrlo si nos detenemos a preguntar. Por ello, las preguntas son la base del aprendizaje, la enseñanza y la investigación.
Si nos cuestionamos más, obtenemos mejores respuestas
A medida que tenemos más responsabilidades y que nos vamos haciendo mayores, tendemos a conformarnos con las escasas opciones que tenemos a nuestro alcance y nos atascamos. Con toda seguridad, las preguntas nos permiten desarrollar o potenciar la creatividad y la innovación. Preguntar nos ayuda a encontrar nuevas respuestas y eso es muy útil en coaching, mentorías, sesiones de luvia de ideas y muchos recursos más
Preguntar nos hace ser más flexibles
Cuando nos hacemos preguntas se forman nuevos patrones en el cerebro. Mientras más patrones forma, es cuanto más flexible se vuelve. Ser capaces de hacernos a nosotros mismos preguntas nos ayuda a conseguir nuestros objetivos y superar nuestras limitaciones.
Tienes el poder de transformar tu vida
Las preguntas que nos hacemos afectan directamente a la calidad de nuestra vida. Al preguntar con humildad e interés, nos abrimos a otros puntos de vista, y potenciamos el interés y la escucha hacia la otra persona haciéndonos más empáticos y mejorando nuestras relaciones. Además, permite que el otro pueda expresar sus propias ideas más abiertamente.
Hacer las preguntas correctas permite crear el ambiente perfecto
Cuando nos entretenemos en una pregunta profunda, empezamos a sentirnos mejor. Las preguntas nos ayudan a mejorar la comunicación dentro de equipo de trabajo, una empresa u organización. Además, crean un ambiente de reflexión y estimulan la búsqueda de respuestas, en lugar de ofrecer soluciones precipitadas
Preguntar nos ayuda a vender más y mejor
Muy importante para emprendedores y negocios, cuando vendemos es importante saber qué necesita nuestro cliente y, para ello, saber hacer buenas preguntas es esencial.
La habilidad de hacer preguntas poderosas: cuestión de talento
No me gusta asociar el tema de comunicación con ilusiones, trucos, atajos, magias ni nada por el estilo. Para mí la comunicación es muy importante y exige técnica, disciplina, práctica, experiencia, orden, inspiración y muchas cosas más y por eso en este último capítulo del post no os voy a proponer ni La magia de preguntar, ni Trucos para hacer preguntas poderosas ni cosas parecidas. La comunicación es toda una habilidad a desarrollar y también requiere de mucho talento, así que vamos a ponerlo en práctica para realizar preguntas adecuadas
La habilidad de hacer preguntas poderosas es cuestión de #talento Clic para tuitearFormular buenas preguntas está muy relacionado con otras dos capacidades: escuchar y responder y deben de ser trabajadas, pero ¿de qué forma?
“Una pregunta inteligente debe hacer que la otra persona se sienta el protagonista de la conversación y, por lo tanto, adquiera la confianza necesaria para expresarse con total libertad”
✅ Estar dispuesto a escuchar y hacerlo correctamente
Hacemos preguntas pues tenemos auténtica curiosidad por saber más y entender mejor y para saber hacer buenas preguntas tenemos que saber hacer algo básico: escuchar. Como anteriormente comentamos en el post Escucha activa. Primer paso para tu comunicación efectiva, la mayor necesidad del ser humano desde el punto de vista psicológico es sentirse entendido y valorado. Escuchamos no para responder sino para comprender. Generamos empatía con la otra persona. Escuchamos sus emociones y sus inquietudes. No se trata de estar aguantando el “rollo” del otro sino prestar atención y hacer un buen uso de la información recibida. Hoy estamos tan condicionados por los textos, los correos electrónicos y todo lo que tiene que ver con la comunicación 2.0 que saber escuchar al otro de forma integral cuando habla y se expresa con gestos, es toda una heroicidad.
Una pregunta inteligente debe hacer que la otra persona se sienta el protagonista de la conversación Clic para tuitear✅ No dar las cosas por sentado
Dar las cosas por sentado es una de las principales causas de malos entendidos y disgustos, tanto a nivel personal como profesional. Tendemos a dar muchas cosas por sentado, en ocasiones por pereza, otras por un sentido del respeto mal entendido y otras muchas por un absurdo temor a preguntar. Para saber preguntar hay que estar abiertos a cualquier respuesta, sí y en más de una ocasión a aquello que no te apetece escuchar y que te revuelve como no te habías imaginado antes.
También saber preguntar implica no dar nada por hecho. Detrás de cada “supuse que…”, “pensé que…, “creí que…· hay algo que de forma equivocada dimos por sentado y que terminó convirtiéndose en un problema, en una decepción, en un desengaño.
¿Tienes una bola de cristal para adivinar, adelantarte o deducir lo que el otro piensa? Para eso ya existen otras profesiones. Aquí estamos hablando de conversar, preguntar e intercambiar información.
✅ La importancia de los silencios
Las palabras y los silencios se intercalan en la comunicación humana estableciendo un código que no siempre es fácil de desvelar. El silencio es un gran amigo pero al igual que las palabras, tenemos que aprender a utilizarlo para sentirnos cómodos con él. Permanecer en silencio nos ayuda a razonar antes de hablar. A analizar las situaciones y a ser conscientes de cómo vamos a actuar. Saber preguntar en muchas ocasiones implica estar en silencio, un silencio que favorecer la comunicación y da paso a la otra persona y, sobre todo, un silencio en el que estemos presentes, no desconectados y pensando en otras cosas.
✅ Ser auténtico y coherente
No te obsesiones por parecer alguien que no eres. Aceptamos y cedemos a las influencias y expectativas de los demás para evitar la confrontación o sencillamente para no decepcionar. Nos limitamos a decir lo que creemos que los demás quieren oír, y actuamos silenciando nuestros propios criterios y necesidades a cambio de la aprobación de los otros. Céntrate en lo que te interesa en este caso: escuchar y hacer buenas preguntas
Haz preguntas cortas, concisas, a veces hacemos preguntas tan largas y complejas que cuando la acabamos no sabemos ni qué es lo que íbamos a preguntar ¿verdad?
Emplea un lenguaje sencillo y claro, si es posible no uses palabras que no formen parte de tu vocabulario habitual, ni te inventes giros gramaticales imposibles, podría generarse una situación bastante ridícula.
✅ Ayudar poniendo el foco en la otra persona
El objetivo de las preguntas es apoyar a la otra persona para que pueda visualizar las cosas desde distintas perspectivas, para que reflexione, aclarare las ideas y pueda ponerse en acción. Y, cuando preguntas, estás demostrando tu interés por algo o alguien. Por eso, el propósito de las preguntas o la intención con la que las haces, va a determinar la calidad de la comunicación que estableces con otra persona. Haz preguntas para acompañar, facilitar, guiar, comprender…pero siempre poniendo en primer lugar al otro.
“El proceso de preguntar nos protege de nuestra tendencia a encerrarnos en un solo punto de vista”
✅ Aprendizaje continuo: en el cambio constante está el crecimiento
Las preguntas correctas, profundas e inteligentes tienen el poder de hacernos pensar, de crear respuestas creativas, nuevas e insospechadas, nos motivan y abren un espacio para que algo diferente se manifieste. El hacer preguntas buenas, nos mueve a ser proactivo para aplicar nuestra creatividad para resolver un problema o para desarrollar todo nuestro potencial. Saber preguntar conlleva un aprendizaje continuo: a medida que preguntas, recibes información que tienes que integrar en lo aprendido.
En resumen, para hacer buenas preguntas, hay que:
♦ Escuchar no para responder sino para comprender
♦ No dar nada por hecho. Se trata de conversar, preguntar e intercambiar información.
♦ Permanecer en silencio, un silencio que favorecer la comunicación.
♦ Ser auténtico y coherente: no fingir ni aparentar.
♦ Ayudar cediendo el protagonismo a la otra persona.
♦ Estar en continuo aprendizaje
Animo a todo el mundo a ser más preguntón, sin ser un tostón claro. Las preguntas son una herramienta estupenda si se sabe usar adecuadamente. Y vosotros, ¿creéis que os hacéis suficientes preguntas al día? Y si es así, ¿creéis que son las preguntas adecuadas? ¿Cuántas preguntas has hecho hoy? Me gustaría que compartierais vuestra experiencia
Si has llegado hasta aquí ¡Gracias por leerme!
Muy buen post Amparo.
Me ha parecido un tema muy oportuno.
¡Qué complicado es hacer las preguntas correctas!
Es muy difícil no dejarse influir por nuestros sesgos.
¿Planteamos las preguntas para averiguar algo, o para confirmar lo que queremos?
Se necesita mucha reflexión y franqueza con nosotros mism@s y muchas veces el miedo a la respuesta bloquea la pregunta.
Yo diría que los pasos para hacer buenas preguntas comenzarían por pararse y reflexionar siendo francos y honestos con nosotr@s mism@s, encontrar la duda concreta que necesitamos esclarecer y lograr formular preguntas adecuadas, claras y concisas en el momento oportuno.
Y aún así, puede que no encontremos las respuestas que necesitamos.
Lo seguiré intentando.
Un saludo.
Mil gracias Maribel por tu aportación.