Tradición familiar de escribir la Carta a los Reyes Magos

“Queridos Reyes Magos,

Este año considero que he sido, en general, buena. He cuidado a mi familia, he defendido mi profesión y mi puesto de trabajo con toda mi alma. He consolado llantos infantiles, limpiado mocos en largas noches de catarros, he sido confidente, amiga y amante esposa, buena hija y buena persona.

Carta a los Reyes Magos

Por todo ello, creo merecer un regalo especial. No quiero abusar porque sé que en esta casa somos muchos y son muchos los detalles que tenéis que traer: 6 niños, papá, los abuelos… Por eso, sólo quiero un regalo. Os podéis poner de acuerdo las tres majestades y en lugar de traerme tres, me traéis sólo uno.

Pero, por favor, aseguraos de que recibo lo que quiero:

Aseguraros de que recibo lo que quiero

QUIERO ALGO QUE ME QUITE LAS ARRUGAS, QUE ME AYUDE A RECUPERAR LA AUTOESTIMA, QUE ME HAGA POSIBLE QUE NO ME DE PEREZA MIRARME AL ESPEJO Y QUE ME HAGA SENTIRME MÁS ORGULLOSA DE MI MISMA. ¡QUIERO SENTIRME MÁS JOVEN!

Como creo que no hay que ser egoístas y sí que hay que ser agradecido, os agradezco todos los regalos que me habéis traído estos años y os pido que ningún niño se quede sin el suyo.

Gracias de corazón. Os quiero mucho,

Rita”

via GIPHY

Tradición familiar de escribir la carta a los Reyes Magos

Holaaaaaaa,

¿Cómo estáis? Este texto que habéis leído es mi carta a los Reyes Magos de este año. Os explico:

En mi familia, existe la tradición de escribir la carta a los Reyes (TODOS) y leerla en voz alta ante la familia el día 31 de diciembre. Es una costumbre que existía cuando yo era pequeña y que en mi gran familia hemos adoptado.

El día 31 de diciembre cenamos, nos comemos las uvas, formulamos nuestros deseos y cada uno lee ante la familia su carta.

Esto lo hacemos porque es el día en el que los Reyes Magos están atentos y reunidos y así nos aseguramos de que todas nuestras peticiones llegan a sus oídos. Vosotros me entendéis, ¿verdad?

Y yo leí mi carta a los Reyes Magos en alto siguiendo la tradición

Pues yo leí mi carta, según la tradición y escuché paciente y atentamente todo lo que los demás habían incluido en sus peticiones. No es por nada, pero yo creo que las mujeres que me estáis leyendo, estaréis conmigo en que la petición era clara, concisa y no dejaba lugar a dudas.

via GIPHY

Sobre todo, y os pongo en antecedentes, porque dos días antes, Toni y servidora cenamos con unos amigos. Ella, mi amiga, tiene un centro de estética y nos estuvo contando los diversos tratamientos “anti-edad” que existen en la actualidad. Yo tomé nota, llegué a casa y escribí la carta.

¿Todo claro?

Me temblaban hasta las piernas

Pues ayer me levanté con toda la ilusión del mundo y vi que en el salón había un gran paquete con mi nombre. ¡Me temblaban hasta las piernas! Pensé que lo Reyes, en su ingente generosidad, me habían traído una máquina de masaje facial, que es lo último en cosmética internacional.

Esperé como pude a que todos los niños abrieran sus regalos, los abuelos, la tía, el perro… Y finalmente, ¡me tocó!

No sabéis lo que sentí cuando el papel desapareció y desveló el contenido de la sorpresa. ¡No me lo podía creer! Ni aplicando toda la imaginación que pueda tener, hubiera podido pensar en un regalo semejante:

¡Un centro de planchado!

El regalo tiene de todo 😠

¡Con dos cojon-s! Tiene de todo: es silencioso, tiene hasta 7 bares de presión, chorro de vapor… pero ¿quién coño ha dicho a los Reyes Magos que yo quería quitar las arrugas de la ropa? ¿Quién ha pensado que el chorro de vapor yo lo quería utilizar para planchar camisas?

Si yo hubiera querido eso, hubiera dejado una nota, discreta y sin adornos, en la mesa de la cocina y hubiera puesto: Toni, se ha roto la plancha y hay que comprar otra… pero ¿en una carta de Reyes?

Anda y que se fastidien

Me cogí tal mosqueo que para el aperitivo saqué las latas de mejillones que estaban caducadas y como complemento, puse pistachos. Ni una cosa ni otra les gusta a mis hijos, así que era para los amables y cariñosos Reyes Magos. ¡Anda y que se fastidien! A ver si con suerte muerden un pistacho y tienen que hacer una visita al dentista.

El año que viene se van a enterar…

Os quiero. ¡Feliz Día! Y ya sabéis, lo siguiente que os voy a decir es que vendo centro de planchado nuevo, a estrenar…

No hay comentarios

Dejar respuesta